La pasión de Dave por triunfar, de la manera correcta, impulsó el crecimiento de Wendy’s. Le complacía saber que su amor por las hamburguesas creaba empleos para otras personas y les daba la oportunidad de hacer realidad sus propios sueños. Esa era la manera de Dave. No les pedía a otras personas más de lo que se exigía a sí mismo: lo mejor que pudieran dar. “Las dos primeras letras de Wendy’s son WE (NOSOTROS)”, solía decir. Hoy, la manera de Dave es la manera de Wendy’s.
Dave fue muy importante para los miles de personas que lamentaron su fallecimiento en enero de 2002. Personas que trabajaron con Dave en pos de causas benéficas, empleados de Wendy’s que perdieron al fundador de su compañía y clientes que solo vieron su rostro acogedor en sus televisores se quedaron con los maravillosos recuerdos de un hombre que fue amado por todos. Estados Unidos rindió homenaje a Dave, no solo por ser fundador de Wendy’s, sino también por su rol humanitario. Los miembros del Congreso mencionaron su influencia en la legislación sobre la adopción y los restauradores hablaron de su espíritu pionero. Los clientes llamaron para decir que extrañarían la amable sonrisa de Dave. Los padres y los niños beneficiados por la adopción escribieron para expresar su agradecimiento. “Realmente fue una gran persona”, comentaron. Sin duda, Dave, el humilde gigante de la industria de los restaurantes, está ocupado en el gran restaurante del cielo enseñando a los ángeles cómo preparar las mejores hamburguesas.